"Lo suficientemente loco", el original, es un
cuento de Bukowski. Chinaski, el protagonista, vendÃa sus obras a los
directores de cine, pero detestaba el negocio.
Traumado por su infancia, Bukowski escribió que "es el
intento de escapar del sufrimiento lo que crea grandes escritores".
El cuento se desarrolla dentro de la prosa ambigua del
autor. Ambigua porque es ordinaria y no deja de ser genial. Porque habla de la
gente común y termina describiendo a los que viven en el lujo.
Tan multifacética como es la vida de otro personaje "lo
suficientemente loco", mucho más terrenal por cierto. Y palpable. Marcelo
Bielsa le escapa al negocio como Chinaski y también arrastra las consecuencias
de su formación. Nacemos apenas humanos, pero por algo hay gente que estudia la
herencia genética.
Este libro trata sobre un hombre que al enterarse de la
realización de su biografÃa, prefirió no intervenir durante el desarrollo,
excusándose en no querer hacer diferencias entre todos los periodistas que se
le acercan, uno tras otro, desde que firmó como técnico del Seleccionado
argentino de fútbol.
En los genes se explica su apodo. A todos los hombres de su
familia los llaman "loco". Su hermano reconoce que "en este paÃs
llamamos asà al que no transita el mismo camino que los demás". Se es loco
en la ocupación de cada uno, y el fútbol es la manera que Marcelo tiene de
transcurrir la vida.
Uno de los personajes de "Los siete locos", la
obra de Roberto Arlt, le dice a otro: "Lo que llamamos locura es la
descostumbre del pensamiento de los otros. Naturalmente, como nosotros debe
haber pocos... Lo esencial es que de nuestros actos recojamos vitalidad y
energÃa. Allà está la salvación".
Muchos se arrancarán los pelos al enterarse de la edición de
un libro sobre un técnico, antes condenado a ser una figura decorativa. Por el
sello que imponen, por la cada vez mayor cantidad de tareas que le
corresponden, volvió la época de "los equipos de", como en la década
del '60, cuando convivÃan el Racing de José, el Estudiantes de ZubeldÃa, el
Boca de Lorenzo y años después, el River de Labruna.
Pero una de las ideas es no recaer demasiado en el fútbol.
Porque Marcelo no sólo "no transita el camino" de sus colegas, sino
tampoco el de sus compatriotas. Se manifiesta en cada acto basado en la moral y
contra el exhibicionismo, lo que algunos quisieron imponer como forma de vida.
Lejos está de parecer argentino, justo en una época donde nuestros defectos
están muy expuestos.
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